Inmigración y Obama (16 de junio, 2016)
No tuve oportunidad de
participar en la discusión acerca del problema migratorio y su ascendencia en
la discusión política del día, tanto acá en los EEUU como a nivel mundial, pero
Esmeralda me contó algo de ella. Me pareció bien que llevaste la conversación
con argumentos (a mi entender) de abogado del diablo usuales en contra de Obama
y sus política, y me impacta y preocupa que haya gente que realmente piensa de
esa manera.
El argumento que Obama
se esperó hasta ahora para hacer algo acerca de la inmigración es una mentira
repetida al estilo Goebbels como muchos de los ataques divisionistas utilizados
en la política moderna, en particular desde que Sarah Palin fue escogida como
candidata a la vicepresidencia por John McCain. Como parte de su campaña y agenda inicial, cuando fue elegido y comenzó
su presidencia en el 2009, el problema de la inmigración era un problema que Obama quería sanear. Él
sabía, sin embargo, que tenía que escoger dentro de esa ventana limitada de
tiempo que representó su elección y las elecciones parlamentarias del 2010 un
gran punto de su agenda de transformación—aparte de sacar al país de la Gran
Recesión. Su punto de agenda en el cual utilizó gran parte de su capital político fue la Affordable Care
Act. Sus otros puntos de agenda importantes, acabar con la guerra en Iraq y
Afganistán, cerrar la prisión en Guantánamo, sanear las finanzas fiscales, y
resolver el rompecabezas de la inmigración eran, y siguen siendo, pelotas de malabarista
(junto con otras, relacionadas y no, como el control de armas de fuego),
algunas de las cuales cayeron al piso. Aun así logró cumplir una promesa
electoral con el Dream Act (DACA) en el año 2012. Es importante recordar
que el partido demócrata solo tuvo mayorías en el congreso los primeros dos
años de su presidencia, perdiendo la cámara en el 2010 y el senado en el 2012,
por lo cual Obama ha tenido que lidiar con compromisos y obstrucción durante
seis años.
No entremos en lo de
Iraq y Afganistán que para eso te mande el artículo de The Atlantic. En cuanto al saneamiento de las finanzas, esa
fue una gran frustración, al caerse lo que se llamó en su momento el “Grand Bargain” basado sobre un plan bipartidista del 2010
llamado “Simpson-Bowles”, y que hubiese modificado sustantivamente programas
sociales a cambio de aumentos en impuestos, principalmente a empresas, mediante
una estrategia de cierre de “loopholes”—tratamientos preferenciales y estímulos
fiscales de larga data. Este trato entre el presidente y los presidentes de la
cámara de representantes y el senado se desintegró al rechazarlo el Rep. Eric Cantor. Cantor, en una pelea interna contra John
Boehner en su ambición de poder de Cantor para llegar a la presidencia de la
cámara de representantes, se alió con la fracción del “Tea Party” y les dijo
que Boehner iba a subir impuestos. Anatema. El déficit fiscal se ha reducido
bajo Obama de 9.8% del PTB al 2.8% entre el 2009 y el 2014, probablemente
debido principalmente a la reactivación económica que genera mayor recaudación
de impuestos. Sin embargo el cambio estructural en gastos e ingresos hubiese
sido un paso positivo para el país y es una de las grandes oportunidades
perdidas por mezquindad política.
Como indiqué anteriormente,
y volviendo al tema de la noche anterior, el tema de la inmigración se ha
mantenido en el tapete desde la elección de Obama y antes. Ciertamente su
posición no ha cambiado y ha hecho lo posible por cumplir con su parte del
trato ofrecido – que reforzara la frontera y deportara ilegales y entonces se
pasaría una gran reforma a la ley migratoria en el congreso. Como sabes, la
migración neta en este último año ha sido negativa. La frontera es casi
impenetrable y las deportaciones por el “deporter-in-chief” son masivas al punto que se están empezando a hacer
denuncias humanitarias al respecto. Es notable que durante la campaña
del 2008 se hablara de 12 millones de indocumentados y durante esta campaña la
cifra que se circula es 11 millones.
Durante el segundo período
Obama en el senado hubo un intento de reforma migratoria bipartidista. La base de dicha reforma se ha mantenido
igual desde hace más de 10 años: reforzar vigilancia de la frontera, establecerle
obligación a los empleadores de que contraten a extranjeros con permisos de
trabajo y verificación electrónica del dicho status, y establecer un proceso de
regularización del status migratorio de los indocumentados en el país,
incluyendo trabajadores temporales. Cualquier reforma migratoria ha girado y va
a girar sobre esos tres puntos principales. El fracaso en el 2013 de este
último intento (por su rechazo en la cámara de representantes) llevó a Obama a
tratar de hacer por vía ejecutiva lo que no se pudo hacer por vía legislativa, estableciendo
un programa ejecutivo de protecciones temporales a padres y familias con hijos
legales, amparados por DACA, o incluso ciudadanos.
Este fue el programa
que fue llevado a la corte por varios estados a partir del 2014, y que
ultimadamente llegó en apelación a la Corte Suprema. Puesto que el dictamen de
la corte Federal negaba la autoridad del ejecutivo para dicho plan de amparo y
protección temporal, y la Corte Suprema está limitada a ocho jueces en este
momento, al tener un empate de votos se regresa automáticamente el caso a la
Corte Federal, pero manteniendo su dictamen. No sabemos qué hubiese dicho el
Juez Merrick Garland (el nominado de Obama, bloqueado por el Senado) en este
caso, pero es probable que hubiese sido expansivo en su interpretación del
poder del ejecutivo sobre cuestiones migratorias. Hay alta probabilidad de que
el Juez Scalia hubiese votado en contra de esa interpretación, por lo cual
hasta le convino a Obama que Scalia no estuviese involucrado en la decisión, ya
que mantiene el caso abierto para una futura opinión por la Corte Suprema.
El grupo de indocumentados
es enorme y contribuye económicamente al país más de lo que le cuesta al mismo.
Este grupo es frecuentemente explotado y amenazado, se les deducen los
impuestos de nómina y no recaban los beneficios de pagar dichos impuestos.
Adicionalmente son un factor de demanda, es decir un mercado que compra y
consume productos y servicios, contribuyendo de esa manera la PTB. Por su vulnerabilidad
son blanco fácil para políticos (y otros) oportunistas que achacan males de
todo tipo a los indocumentados, extranjeros o hijos de extranjeros. Esto, por
supuesto es nativismo tribal en su máxima expresión y no tiene base en ninguno de sus argumentos para cada
categoría. Pero sin lugar a dudas apela a las emociones. Es el deber de los
comunicadores sociales y los formadores de opinión de luchar contra la
tendencia y trampa nativista que usa suposiciones falsas nacidas de prejuicios,
mitos y lugares comunes para hacer pasar falsedades como realidad. Me alegro
que tú seas uno de esos luchadores.
A pesar del lugar
común de que la presidencia de los EEUU es el cargo más poderoso del mundo,
dicho poder tiene limitaciones. Limitaciones de carácter tanto
constitucionales, legales, y políticas. En términos relativos, por ejemplo, el
presidente de Venezuela es más poderoso que el de los EEUU. El compromiso
político dentro del marco legal y con un ojo de cuidado con los precedentes a
futuro mantiene al presidente de los EE. UU. dentro de un límite político de
acción. Ese es el razonamiento, por ejemplo, que utilizan personal como Paul
Ryan para aceptar la posibilidad de una presidencia Trump—aunque el mismo Trump
no crea en esos límites de poder.
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