Estimado Jaime:
Agradezco nuevamente
la oportunidad que me ofreciste la otra noche de tener una conversación sobre
mi libro, la actualidad en Venezuela y de mi padre.
Te confieso que eso de
conocerse así de repente en el contexto de una entrevista con propósitos y
agendas ignotas es difícil para mí. A fin de cuentas, no tengo práctica en eso
de conversaciones casuales ante un público con poca referencia. Es decir, es
como una cita a ciegas o un Tinder donde las expectativas pueden ser realizadas
o las diferencias tan abrumadoras que se termina con un mal sabor en la boca. Por
mi parte, no fue lo segundo. Espero que haya sido igual de tu lado.
Los dos creemos en un
objetivo común, eliminar la dictadura en Venezuela. Ojalá hubiese un mapa o un
manual de instrucciones detalladas, o incluso tipo IKEA, que nos ilustrase el
camino o nos dijera que pasos a seguir y en qué orden. No es así. Es por eso
que la oposición a la dictadura se debate entre sí acerca de ese mapa y manual,
y yo invito y participo en ese debate.
Lo importante es
mantener el objetivo claro, y esa ha sido la gran falla de la MUD. La MUD tiene
(o tenía, o debía tener) como objetivo salir de la dictadura y convocar
elecciones libres y transparentes—y transmitir este mensaje al electorado
claramente. Elecciones en donde las agendas y programas de cada uno de los
partidos y factores que integran la MUD se presentarían ante el electorado y el
soberano escogería. La gran falla de la MUD es que miembros dentro de ella, HRA
pero otros también (HCR me viene a la mente), pensaron que podían operar la MUD
como si fuese un partido político. El 15-O revela esa falla abiertamente.
Muchos dicen, tú
incluido, que dictadura no sale con votos. Yo estoy de acuerdo, pero lograr
transiciones hacia una verdadera democracia no se hace sin votos. Lamentablemente el tiempo no permitió profundizar en lo
que esto significa pero, como empecé a enumerar durante tu entrevista, en las
Filipinas el dictador Marcos tuvo que huir del país tras una votación revelada
como abiertamente fraudulenta, en Polonia y Ucrania, dictadores tuvieron que
soltar las riendas y salir de la misma manera, en nuestro continente se
menciona frecuentemente a Pinochet, se olvidan de Bordaberry, del PRI y, por
supuesto, de Venezuela en la cual, tras las elecciones tramposas del ’52 y ’57
una rebelión popular hizo huir al dictador Marcos Pérez Jiménez. Algunos de
estos países han sido exitosos en defender la democracia obtenida, otros no.
Como digo en mi libro, la democracia es frágil.
Mi punto es que para
tener una fuerte y verdadera democracia hay que ejercitar los músculos de la
misma. Estos incluyen el voto, la protesta, las ONGs y otras formas de
organización civil, la prensa libre, así sea en panfletos clandestinos, y
muchos más elementos asociados con el concepto de libertad. Todos estos son
instrumentos, músculos de la sociedad civil que verdaderos demócratas deben
ejercitar sin renunciar a ninguno. Los regímenes que salen por la fuerza de la
violencia casi nunca se transforman en democracias, todo lo contrario. Rusia es
ejemplo clásico, China y, por supuesto y más recientemente, Cuba.
La inercia y la
costumbre generan en muchos la ilusión de que pueden repetir lo mismo con
diferentes resultados. La gran falla del 15-O es que lo oposición no tuvo
estrategia de largo plazo como un bloque. Es posible que eso sea porque la MUD
no es un verdadero bloque unido, después de todo, y mucho tenían agendas ocultas. Si
el objetivo de la MUD es claro, deponer la dictadura y convocar elecciones
libres y transparentes bajo principios de democracia representativa, no
aprovecharon la oportunidad para revelar y denunciar, sólo en Bolívar y Zulia
se ven atisbos de esa intención. Si se fractura y disuelve la MUD ante esto, es
posible que sea para bien. Ese camino como que no ha dado resultados sino para
ciertos oportunistas que piensan que el gobierno del país está mal administrado, no que está
mal concebido.
Espero, no haberte
hecho sufrir demasiado con este debate, pero quiero que sepas que estamos en el
mismo bando y te respeto profundamente.
Con un cordial saludo
y fuerte abrazo,
Carlos
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