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A Andrés Crema, director del documental "Carlos Rangel: Ésta es su vida, esta su libertad"


Estimado Andrés:

Nuevamente comunico mi pesar por no poder participar personalmente en el estreno de “Carlos Rangel: Ésta es su Vida, Ésta su Libertad.” Reitero con este mensaje mi agradecimiento y reconocimiento a todos los creadores y partícipes que hicieron posible este documental, el cual sin lugar a dudas contribuirá a la difusión de las ideas y valores que representó mi padre, Carlos Rangel.

En el mundo moderno es poco frecuente reconocer la estatura intelectual de personajes fallecidos hace más de un cuarto de siglo. El pensamiento de Carlos Rangel sin embargo no sólo sigue vigente, sino que es vital para entender los embates políticos y sociales que ocurren a diario alrededor del mundo y especialmente en Latinoamérica.

La obra escrita transcendental de Carlos Rangel sin lugar a dudas es “Del Buen Salvaje al Buen Revolucionario.” En capítulos reflexivos y documentados, tanto a nivel histórico como académico, este libro captura la esencia del peligro que representa no identificar y reconocer los lastres culturales que nos dejaron la conquista, la colonia y la independencia, no solo en Venezuela sino en toda Latinoamérica. Pero este esfuerzo intelectual no era para denigrar, como algunos detractores en algún momento quisieron hacer creer sino, al igual que un médico, para diagnosticar deficiencias las cuales, una vez identificadas, son tratables; y este tratamiento claramente tiene grandes dosis de democracia. La democracia es bulliciosa, pendenciera y desordenada sin lugar a dudas.  Pero es únicamente a través de una verdadera y viva democracia que acepta oposición de ideas, adversarios políticos, sectores en pugna, y la libre difusión de información, es únicamente en ese sistema político que se pueden establecer objetivos comunes, un país unido, y una mejor sociedad. Esto no es teoría; es realidad histórica a nivel mundial. Y esto lo documentó, escribió, y argumentó desde múltiples foros Carlos Rangel hace casi cuarenta años.

Carlos Rangel creía en el potencial humano, creía en el potencial de Venezuela, sabía que el país, dotado de su gran riqueza petrolera, pudiera tener una gran democracia en donde la libertad y oportunidad de empresa y personal eran factibles. Donde empresa y estado no fuesen mutuamente parasitarios. Donde el paternalismo fuese remplazado por la iniciativa, y el mérito y el trabajo fueran reconocidos de manera justa. Donde el estado de derecho prevaleciera.

Mi padre me dijo una vez que le gustaba mucho ese dicho que era mejor ser pesimista sorprendido que optimista decepcionado. Ese, por supuesto, es un dicho de optimista con sentido de realismo histórico. Espero que este documental no solo le haga honor a su memoria, sus valores y sus ideas sino al ser humano que fue. A fin de cuentas, con fe en la Venezuela posible.

Un gran abrazo a todos,
Carlos J. Rangel

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